Colección El Gran Espíritu.
Diseños ilustrados inspirados en la leyenda de las mariposas.
Cada producto Assunta design lleva una estampa con una historia única y el respeto por nuestras raíces culturales.
Cada artículo conecta y transmite una herencia cultural a través de las imágenes en cada estampa hecha a mano, inspirada en la leyenda de los pueblos originarios. Historias vivas transmitidas de generación en generación.
Cuenta la leyenda Maya que cuando quieras desear felicidad y convertir los deseos en realidad, susurra tu petición a una mariposa y entrégale su libertad mostrando respeto por el equilibrio de la naturaleza; agradecida con tu deseo volará; la alegría y el amor te llegarán, ella irá hasta lo más alto de los cielos y tu deseo se cumplirá.
Las mariposas que no pueden emitir ningún sonido, son los únicos seres vivos de la tierra que se comunican directamente con el Gran Espíritu.
Los colores de las mariposas: En el origen del mundo, Dios creó las flores. Para hacerlas más hermosas, preparó muchas pinturas de diversos colores y las esparció sobre los pétalos de las flores con pinceles suaves. Trabajó todo el día y , en la tarde, se sintió cansado así que dejó las pinturas a un lado para ir a descansar.
Las mariposas se sintieron tristes, porque sus alas estaban descoloridas. Después de las flores, les tocaba a ellas ser pintadas y eso ocurriría hasta la mañana siguiente. Pero las mariposas viven un día solamente (por eso se las llama “flores de un día”) y no podían esperar hasta el día siguiente.
Las flores tuvieron una idea maravillosa, invitaron a las mariposas a posarse sobre sus pétalos, para que sus alas se tiñeran de muchos colores, aprovechando que la pintura estaba fresca. Así lo hicieron las mariposas y en sus alas quedaron los colores de los pétalos, mezclados de distintas formas.
Las mariposas en el Mundo Precolombino
Para los aztecas la mariposa era un símbolo del alma y del espíritu, a menudo se la representaba en los manuscritos y se la otorgaba poderes sobrehumanos y aptitudes mágicas, llegando a considerarla una semidiosa.
Cuando un guerrero se preparaba para la batalla, era tradición tatuarse una mariposa en el pecho. Se creía que si un guerrero moría como héroe en el campo de batalla su alma renacería en forma de mariposa.
También para los sacerdotes era símbolo de renacimiento y solían tatuársela.